lunes, 11 de junio de 2012

El ladrón de recuerdos

Hola, soy una silla de ruedas y vivo en Tagore desde que abrió sus puertas en 2009…



Dario ha vuelto a ser como un niño. El niño porque aun no ha aprendido y Dario porque  ya lo ha olvidado.
El niño porque aun no sabe hablar y Dario porque ya no sabe cómo se usan las palabras.

Vive en una casa que cada día le parece distinta con una mujer de pelo claro que siempre le sonríe y le pregunta: papa ¿cómo estas hoy? y él le sonríe pero no le dice nada, porque no le sale nada.
A veces su hija se sienta con él y le pregunta ¿te acuerdas de cómo se llama esto?¿y de esta foto? y él le mira y sonríe...y entonces ella se marcha. Yo creo que se va a llorar porque al rato vuelve con los ojos húmedos, le da un beso en la frente y le acaricia la cabeza con su mano.

Hace siete años  a Dario le diagnosticaron mal de Alzheimer, una enfermedad neurológica degenerativa que le provoca la pérdida progresiva sus  facultades intelectuales y con el tiempo, biológicas. Los médicos aun no saben de dónde viene (ni su Alzheimer ni el de nadie) y también dicen que no tiene cura. Dicen que es un proceso degenerativo de unos 10 años.

Al principio Dario tenía pérdidas de memoria de cosas que habían pasado hacía poco tiempo y también se le olvidaba el nombre de sus nietos o la calle donde vivía su hija. Luego se perdió un par de veces (por eso lleva una pulsera con su nombre y un teléfono).
Después empezó a no poder aprender nada y a olvidarse de su vida, de toda su vida. Se le borraron los recuerdos y eso hizo que cada día fuera más triste que el anterior.
También le pasó que se olvidó de que tenía que comer o de que tenía que dormir y lo último que le ha pasado es que se le ha olvidado cómo se come y cómo se duerme...ah!! también le pasa que vienen personas a casa que no reconoce, como la mujer que le sonríe y que le besa.

La  semana pasada la hija de Dario vino a Tagore y nos dijo que estaba agotada y que no sabía cuánto más iba a poder aguantar. Que necesitaba un lugar donde  ingresarle porque él cada día demanda más atención y ella ya no sabe cómo tiene que cuidarle. Después lloró mucho rato y tras una conversación larga larga con una de las responsables de la residencia y la visita a las instalaciones, se quedo mucho más tranquila.

Creo que la semana que viene Dario vendrá y se quedará con nosotros. Le sentarán encima de mi y yo le llevaré a una habitación confortable donde se encuentre como en su casa.  Su hija vendrá a verle cada día y pasarán la tarde juntos pero cuando llegue la noche, se podrá ir a casa a descansar...

Se estima que en España entre 450.000 y 500.000 personas sufren de alzheimer.
Desde hace años se están creando numerosas asociaciones de familiares de enfermos de alzheimer y otras demencias que trabajan por la atención de los enfermos pero también, por la atención y formación de los cuidadores ya que sin duda, es una labor ardua y para muchos, dolorosa.

Tienen, sobre todo la segunda, muchisima información acerca de la enfermedad que os ayudará a entenderla un poco mejor.

Para despedirme os dejo con una viñeta que seguro os dibujará una sonrisa

!hasta pronto!


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